Por Albert Portillo y Juanan Geraldes
En esta entrevista a Oskar Matute, diputado de EH Bildu en el Congreso de los Diputados y miembro de Alternatiba, nos planteamos abordar las claves que han permitido a esta nueva izquierda abertzale irrumpir con fuerza en el tablero político ampliando como nunca su apoyo electoral. No deja de tener un profundo interés una fuerza amplia soberanista, en este caso vasca, que ha surgido tras un importante proceso de paz (proceso social paralelo, crisis económica, ofensiva apropiadora por la plutocracia) para luego ser una fuerza clave en el gobierno del Estado. Hay numerosas cuestiones con que abordar al mediático diputado de EH Bildu que trataremos de enfocar. Por eso, hemos estructurado en tres partes esta entrevista. En una primera parte, nos interesa averiguar cómo se ha construido el frente amplio soberanista, que es Bildu, y el bagaje de idearios que lo ha nutrido. A continuación, planteamos a Oskar Matute cuál es la estrategia política de dicha fuerza, abordando las diferencias estratégicas tanto con otras izquierdas como con PNV, el enemigo político a batir en el camino hacia el objetivo de ser la fuerza hegemónica de izquierdas en Euskal Herria. Seguiremos con el modelo económico y productivo y los retos a los que se enfrenta el pueblo vasco, como la desindustrialización, si olvidarnos del papel que ha tenido el proceso de paz y en que medida se inspira en referentes como el Sinn Féin o el Scottish National Party. Y, por último, abordamos las inquietudes culturales, musicales y deportivas, del vecino de la Ezkerraldea de Bilbo y, por supuesto, la reciente hiperinflación de series sobre ETA.
1. Bildu una propuesta de unidad popular para Euskal Herria
Cuando decidiste, junto con la gente de Alternatiba, abandonar Ezker Batua para integrarte en Bildu, ¿Cómo fue ese primer momento, cómo fuísteis recibidos por parte de la izquierda abertzale y el resto de sectores como EA?
Esto no surge por generación espontánea, no surge por el impulso de x personas en un momento concreto, esto es la consecuencia de una dinámica, mucha de la gente que viene de Alternatiba habíamos sido los principales valedores de los Pactos de Lizarra-Garazi dentro de Ezker Batua e Izquierda Unida. El acuerdo Lizarra-Garazi fue la primera experiencia, en mi tiempo político, de colaboración conjunta con fuerzas de la izquierda abertzale, en aquél momento Euskal Herritarrok, con EA, con PNV, con IU-EB. Después de eso hubo muchas dinámicas sociales, estaba una dinámica que era Adierazi Euskal Herria que buscaba una unidad para denunciar las situaciones represivas, la tortura, la extensión de la criminalización de todo movimiento social bajo el mantra del juez Garzón, de “todo es ETA”…Los grados de coincidencia entre la IA y EB eran muy elevadas, nosotros dentro de EB, los que conformamos Alternatiba, que se acabó creando con otras personas de la izquierda revolucionaria de las décadas anteriores, del movimiento insumiso, del movimiento feminista, de los movimientos populares, conformando una nueva organización que nace para morir. No se quería una sigla más, tenía sentido en la medida que fuéramos capaces de ir convergiendo con otros movimientos. A ese movimiento que lanzamos nosotros, y que también lanzan desde EA, se suma una izquierda abertzale que en aquél momento estaba ilegalizada y perseguida al milímetro. En esa disyuntiva, no se trata de cómo fui o fuimos recibidos, en aquél acta fundacional, yo soy de los seis miembros firmantes de lo que primero fue Amaiur y más tarde EH Bildu. Nosotros estuvimos desde el minuto uno en la gestación de eso que después de ver que existían los mimbres para la creación de un nuevo sujeto político que fuera capaz de proyectar con más potencia a la izquierda soberanista e independentista, que nunca antes se había podido hacer, una vez comprobado, se le puso el nombre: Bildu.
Dices que Alternatiba nace para morir, entiendo que para fundirse en un proyecto nuevo como era Bildu, ¿Crees que, actualmente, Bildu representa ya ese espacio que se quería buscar? o ¿Creeis que todavía ha de crecer y en tal caso, cómo debería crecer, a qué sectores creeis que debería intentar incorporar?
Bildu está dando pasos importantes, Bildu nace como una coalición de EA, Alternatiba e independientes. Posteriormente con la legalización de Sortu y la incorporación de Aralar, pasamos a ser una coalición de cuatro partidos: EA, Aralar, Sortu y Alternatiba. Con el tiempo y con independencia de que Aralar ha dejado de existir, Bildu ha ido creando su propio cuerpo político, teorizamos que la izquierda soberanista e independentista del siglo xxi, o la nueva izquierda abertzale del siglo xxi, debía crear una identidad propia, sin desterrar ni olvidar las trayectorias pasadas, recogiendo aquello de valor que puedan tener, pero dejando aquello que se demuestra inutil o superado por los tiempos. Bildu actualmente es la fuerza más votada entre la gente joven, contra más joven es la franja de edad, más votan a Bildu. Mucha de esa gente, para que se me entienda, que vota activamente, tenían 10-11 años cuando ETA decidió proclamar el alto el fuego definitivo. Probablemente, su lógica no viene tan marcada por aquella lógica represiva y antirepresiva que se podía dar en torno al conflicto violento. Si no por otra lógica social, basada en otros principios rectores, de ahí la necesidad de crear una realidad colectiva nueva.
Bildu actualmente es la fuerza más votada entre la gente joven, contra más joven es la franja de edad, más votan a Bildu
De ahí que en ese nuevo sujeto que es EH Bildu, también tienen sentido todavía los partidos, porque creemos que pueden ser elementos de enganche con otras culturas. Nosotros solemos decir que de la misma manera que el feminismo se ha declinado en plural, se habla de feminismos y se habla de mujeres. En la izquierda también debemos hablar en plural. Y por eso creemos que somos la expresión más rotunda de la izquierda soberanista e independentista vasca, pero no por ello vamos a quitarle el carnet a nadie de pertenencia a la izquierda vasca a quien se quiera sentir así. Con ellos creemos que tenemos una oportunidad de trabajo, y ¿cuál es nuestra aspiración? Aspiramos a ser la fuerza hegemónica de nuestro país. Eso significa que hemos de ir abriendo espacios a diferentes actores sociales y políticos de nuestro país. Queremos ser la fuerza hegemónica de izquierdas de nuestro país. Esa es la barrera que nos ponemos, no queremos llegar al poder pagando cualquier precio, o dejándonos por el camino nuestra identidad.
Vivimos en un país en que una buena parte de él, el que tiene que ver con la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), que concentra el mayor número de vascos y vascas, en el conjunto de Euskal Herria, pues viene siendo dominado históricamente, salvo un lapso de cuatro años de gobierno de PSOE/PP, por el PNV, nosotros creemos que el país se parece sociológicamente más a lo que nosotros defendemos: una defensa del medio ambiente, nuestra apuesta por el feminismo no sólo como una etiqueta que sacar cada ocho de marzo, sino como nuestra práctica diaria, también en nuestra construcción como hombres en un contexto patriarcal, que tiene que ver con nuestra apuesta por políticas sociales, que haya un Estado que se preocupe por la gente y no que sirva a las élites, en todo eso, creemos que la gente de nuestro país se parece mucho más a nosotros que al PNV. Lo que hemos de conseguir es que toda esa gente, que no confiaba en la herramienta electoral para llevar a efecto un gobierno a imagen y semejanza de lo que ellos quisieran tener, se acerquen a EH Bildu, y esa es nuestra labor. Pero no lo hacemos en plan de siglas ni opas, ni nada por el estilo, no nos planteamos, por decir algo, coger a Ekarrekin-Podemos que está muy dobladilla porque tiene sus problemas internos y vamos a llevarnos una parte. Y luego, Equo, que se quedó descolgada de nosequé, pues nos los vamos a llevar también. No se trata de eso, hay personas y sectores que se sienten de izquierdas, que vamos a interlocutar con ellos de manera continuada y sincera, y vamos a ver qué posibilidades hay de ir ensanchando nuestro espacio político para convertirnos en hegemónicos si lo que compartimos con esa gente supone más que lo que nos separa.
Ligando dos ideas que has dicho, el hecho de tener un voto muy joven y, dentro de este mismo ámbito, la encuesta de GAD3 que decía que casi el 50% de los menores de 35 años creían que ETA continuaba activa; la utilización por parte de la derecha de ETA para intentar aislaros o otra vez, o cambiar la percepción en esos sectores. En cambio, esta capacidad que estáis teniendo de táctica parlamentaria de encontrar aliados fuera de Euskadi, ¿puede ser un primer paso hacia una consolidación de este nuevo modelo de relación en lo parlamentario pero abriendo la posibilidad de nuevos espacios que vayan más allá?
Entiendo que fuera de Euskadi hay muchos filtros que te hacen percibir a EH Bildu como seguramente quieren que lo percibas, han sido décadas de formación de una determinada manera de identificar las cosas. ETA ha servido durante muchos años para que no se hablara de un montón de problemas que tenía el Estado Español. Bastaba invocar a ETA para que todos los problemas que tuvieran que ver con las condiciones sociolaborales de la gente que pueda tener que ver con la falta de definición de un proyecto para el Estado de las propias fuerzas españolas, quedara oculto porque había un enemigo al que combatir en un primer momento y con todas las fuerzas. Desde el nacimiento de Bildu, hicimos una reflexión sobre el unilateralismo como una opción frente al inmovilismo de los Estados, tanto el francés como el español. Y en este caso, nosotros queríamos y forzábamos la reflexión necesaria en ETA, para que ETA dejara de existir, porque además creíamos que el Estado donde está más débil es precisamente en su concepción democrática, esa era una de las reflexiones que nosotros trasladábamos en 2010 y 2011, a la gente que todavía podía entender que en Euskal Herria existían dinámicas de confrontación que no eran sólo la política. Nosotros les decíamos con claridad, el Estado en una dinámica de confrontación no política va a ganar siempre, porque tiene una maquinaria y eso es simplemente resistir, no vencer, donde el Estado se muestra verdaderamente débil es en la lógica política. Porque hace gala de una represión que cada vez resta más que suma, con un anquilosamiento de sus estructuras democráticas que lo pone en evidencia a los ojos de todo el mundo, y ahí era donde había que dar la batalla.
Donde el Estado se muestra verdaderamente débil es en la lógica política
Eso es lo que empezamos a hacer, y eso es lo que estamos haciendo ahora. No engañamos a nadie, nosotros en las últimas campañas electorales, a nuestra gente, les hemos explicado que la lectura política que hace la izquierda independentista vasca de la que formamos parte fundamental, es que creemos que hay una amenaza de involución democrática severa en el Estado español, que se pueda llevar por delante a nuestro propio pueblo, que pueda arrastrarlo así como a los derechos de nuestra gente. Frente a eso, como antifascistas, que es algo que llevamos en el ADN , grabado a fuego como el ser de izquierdas o el ser independentistas, nuestra labor principal era hacer frente a la reacción, a la involución democrática y al fascismo. Ese es nuestro compromiso y así se lo decíamos a la gente en las campañas electorales, así lo entendían, y así nos han ido dando el respaldo electoral que cada vez ha sido más importante.
Nuestra ciudadanía entendía que un gobierno de las derechas se querría llevar por delante el concierto, el cupo, todos los esfuerzos por recuperar el euskera, todo el autogobierno aunque esté menguado, y no darían ningún paso en la vía de construcción de una república vasca soberana, una nación soberana con forma de república, una república para los vascos y vascas de Euskal Herria, tanto en el Estado español como en el francés, en los tiempos en los que cada parte decida. Ese es nuestro objetivo principal. Para eso lo que decimos es, nada de esto será posible con las fuerzas de la reacción. Y es muy difícil que con las fuerzas llamadas progresistas lo sea, pero si es difícil con las fuerzas progresistas, tendremos que situarlas ante el espejo para que nuestros ciudadanos y ciudadanas entiendan que tampoco con ellos hay solución al conflicto político que se mantiene desde hace siglos entre diferentes naciones del estado español para con la gran urbe del estado español focalizada en Madrid.
Nos hace mucha gracia ahora que la gente de izquierdas del estado español, ante la fiereza de la extrema derecha y de la derecha extrema y derecha naranja, ahora que la izquierda ha necesitado mimitos, ha descubierto que nosotros vamos de frente y es como, estos de Bildu son super de izquierdas que majos son, ¿porqué no os presentáis en mi pueblo? ¿Porqué no os presentáis en Cuenca? Pues porque somos un partido independentista, no tengo ningún problema en colaborar y prestar mi fuerza de choque, junto a otros, para conseguir derechos para las clases trabajadoras de esos lugares. Pero tengo un objetivo político irrenunciable, que da sentido a nuestra militancia en EH Bildu, que es la construcción de una república vasca de mujeres y hombres libres e iguales, en nuestro país, en nuestra nación. Eso no nos impide ser internacionalistas, y no nos impide ejercer el internacionalismo que practicaban los clásicos.
Recientemente hizo 50 años del proceso de Burgos podemos ver que pese a la existencia de un gobierno progresista a la cabeza del Estado y la excepcionalidad crítica del coronavirus nada se ha hecho desde el gobierno para atajar la deriva autoritaria del Estado. ¿Crees que una respuesta defensiva en la forma de campaña por la amnistía debería ser una de las palancas para el cambio de régimen como fuera en su momento el Proceso de Burgos contra el franquismo al llegar incluso el PCE y CCOO a organizar una jornada estatal pro amnistía en todo el Estado?
En el caso catalán el motivo por el que están en la cárcel es tan inexplicable desde un punto de vista democratico que probablemente podría tener mucho sentido una campaña internacional en esa lógica y que podría emular lo que fue el Proceso de Burgos. Cierto es que el contexto era diferente; contra una dictadura este tipo de cosas eran más fáciles de defender y conseguían rebajar las diferencias y dejarlas a un lado ante unas condenas que pedían penas de muerte era razón suficiente para estar ahí.
Es muy necesario que la sociedad, más allá de lo que se pueda hacer en el terreno de lo político, muestre músculo social capaz de articularse y de levantar dinámicas. Eso Catalunya lo hizo muy bien, todo el levantamiento previo al uno de Octubre fue un movimiento que obligó a los partidos políticos a ir recolocándose. Se empezó a tejer una marea ciudadana que arrastró a los partidos y a partidos que eran de un nacionalismo intermitente o de fin de semana a tener que ser abiertamente independentistas ya que hasta entonces no les iba nada mal negociar con el Estado año tras año.
Hace tres años fuisteis capaces de poner en jaque a un Estado. La única nación y la única confrontación que ha sido capaz de poner al Estado al borde de la histeria ha sido Catalunya con el uno de Octubre y con el empuje de la sociedad catalana. Nosotros nunca hemos conseguido llegar hasta ahí. Catalunya nos dio una lección a todos los que aspiramos a construir nuestra propia nación sobre cómo tejer alianzas y complicidades.
Catalunya nos dio una lección a todos los que aspiramos a construir nuestra propia nación sobre cómo tejer alianzas y complicidades
¿Creéis que hay un hilo conductor entre lo que fue el 15M, la reclamación, al final, de soberanía y lo que acaba en vuestro caso con un crecimiento electoral y en el movimiento nacional catalán? ¿Veis ese hilo entre una reclamación de más seguridad para los de abajo y, por tanto, más soberanía para poder ejercer esa soberanía por parte de los pueblos y la gente?
Creo que sí, el Régimen del 78 fue aceptado, incluso en términos de análisis, de oportunidad, por prácticamente todas las fuerzas políticas. Con una excepción, quizá no la única pero sí la única con fuerza y respaldo popular significativo, que fue Herri Batasuna. Eso les convirtió durante mucho tiempo en el outsider de la política convencional. Que al igual que en el sindicalismo, se pasó del sindicalismo de confrontación al sindicalismo de concertación, el de las mesas de diálogo social, la negociación, los acuerdos. No tanto el que todavía vemos en destellos en Francia, en la política pasó un poco lo mismo, se desestructuraron las estrategias confrontativas, para pasar a las colaborativas. En ese contexto de paso de la dictadura: algo así como lo que no podamos conseguir ahora lo conseguiremos después, etc.
Herri Batasuna en ese momento señalaba que era equivocado, y creo que el tiempo le dio la razón, la década del 2010 al 2020 hizo que mucha gente abrazara la misma lógica ya acabara diciendo, unos desde Madrid, a través del 15M, que no hay pan para tanto chorizo o respecto al bipartidismo, da igual PP que PSOE, sin ese elemento de identidad nacional que se pueda ver recogido en la nacionalidad predominante, nacional española. La mayoría de la izquierda que tiene su epicentro en Madrid, la dimensión social de impugnación democrática de unas reglas de juego que generaban pauperización de la mayoría, y de impugnación del régimen. Así lo decían, abajo el régimen desde la Puerta del Sol de Madrid y eso luego se expandió por otros lugares. En Catalunya, se llega al mismo punto que se inicia con las movilizaciones en torno al cepillado del Estatut, que tiene que ver con la recogida de firmas del PP, para tumbar el Estatut, que tiene que ver con una sensación de pérdida total de confianza. La lógica es de que no hay nada que hagamos en Catalunya que no tenga que estar sometido a los designios y las exigencias de lo que en Madrid creen que se puede o no aceptar.
Por lo tanto, tu condición de sociedad libre, madura y democrática, capaz de dar soluciones a tus problemas se desvanece. Esto genera un impulso independentista, recogiendo a gente que de no existir un choque de identidades como el catalán o vasco, hubieran estado en lógicas puras del 15M y se integran en ambos movimientos. Visto desde Catalunya, las izquierdas independentistas de distintas siglas le dan un valor práctico a la independencia en la vida de la gente. Todo lo que España no es capaz de darte, dignidad en tu vida, podemos conseguirlo con una república catalana de iguales. Eso hace que nazcan lo que se llama o llamáis, los independentistas de bolsillo, expandiéndose la base independentista.
En Euskal Herria, llegamos a ese punto por casi una década de ilegalizaciones. De persecución de sectores políticos. De criminalización de un sector social. No digo que todo lo que haya hecho ese sector ha estado bien, es más, yo he sido crítico muchas veces con ese sector. Pero es imposible entender la historia de mi pueblo, de mi país, sin contemplarles a ellos. Yo fui insumiso, sé quiénes éramos insumisos en Vizcaya, cuando se dice que el movimiento insumiso en Euskadi fue un ejemplo de militancia, de compromiso, con un peso importante teniendo en cuenta la realidad demográfica, lo era también por ese sector político sin el que no se puede entender la historia de Euskal Herria. De ahí también el empoderamiento de Bildu. Tras el 15M, Podemos vivió una eclosión, mientras nosotros fuimos paso a paso intentando construir todo eso de lo que hemos hablado al principio. Que son la generación del movimiento independentista vasco con búsqueda de la hegemonía, con una apuesta por las vías democráticas y avanzar hacia una república vasca de hombres y mujeres libres con los ritmos de cada uno. Estamos divididos en tres realidades: dos en el estado español, uno en el estado francés. Vamos a mover las tres entidades, pero siendo conscientes de las diferencias demográficas, entendemos que esa república vasca de los siete herrialde, tendrá que hacerse al ritmo que marque cada uno de los territorios, sin un día D y una hora H.
Hablando de construcción de una república vasca y de independencia y socialismo. En una intervención del grupo parlamentario de Bildu en el debate de las enmiendas a la totalidad de los PGE de este año, se hablaba de la necesidad de parar los cierres industriales. No hace mucho apareció una entrevista en Berria, de un directivo de Petronor, en la que se apuntaba hacia la construcción de una eurorregión vasca. A través de proyectos euroepeos como Next Generation construyendo una industria en torno a lo verde pero gestionado a través de las grandes corporaciones con sede vasca. Puede ser eso una lógica de competición entre regiones para generar el mejor “clima empresarial”, en base a una agenda del capital monopolista, plasmado en la agenda y las directrices europeas. ¿Cómo enfocáis desde la izquierda abertzale este tipo de debates? ¿Lo véis como una vía compaginable con vuestro proyecto de república vasca?
Hay dos elementos, nosotros no estamos a favor de la petición de fondos que ha hecho el gobierno vasco. Esa petición que da dinero a Iberdrola, que da dinero a Petronor y que da dinero al Tren de Alta Velocidad. Es una propuesta que no compartimos desde EH Bildu en el Parlamento de Gasteiz ni de Nafarroa, así como en los municipios en los que estamos presentes que son todos los de Euskal Herria.
No es que no compartamos la agenda del PNV, probablemente el PNV pueda defender una eurorregión, es que nosotros queremos tener voz propia en Europa, una voz no intermediada por ningún ministerio que pueda hacer prevalecer los intereses de otras regiones que pesen más demográficamente. Siendo más bruto, que pesen más como granero de votos, que nuestros propios intereses. Esto lo vemos con las cuotas pesqueras. Vemos como se sacrifican las cuotas pesqueras de nuestros arrantzales (pescadores) porque interesa ampliar la cuota en otros pescados de otros lugares del estado español. No me parece mal que ellos consigan más cuotas, pero sé que si tenemos una voz propia podremos poner encima de la mesa, porque pedimos, por poner un ejemplo, un 30% de anchoa y no un 10% que es lo que nos dan.
Nosotros no estamos de acuerdo con el modelo del PNV y lo combatimos. Creemos que Next Generation no puede ir con Iberdrola, ni con Petronor, ni con el TAV. Va con lo que Mertxe Aizpurua quería decir en ese debate y es que nuestra industria se está yendo al garete, con cierres de empresas continuos, todo el sector aeronáutico que fue una de las apuestas para paliar la anterior crisis, se nos está cayendo. Estamos asistiendo a cierres de empresas de 200, 300, 500 trabajadores semana sí, semana también. Por eso tenemos que tener una voz propia en Europa. No puedo permitir que pase, algo que tengo muy presente porque soy de la margen izquierda (del Nervión), lo que pasó con la Naval. En los astilleros de la Naval, que era público igual que varios astilleros del estado español, como Ferrol, Valencia, Bazán, Puerto, Sestao. En un momento dado decidieron que Sestao no era estratégico. Todos los que siguen siendo públicos tienen estructuras militares al lado.
Nosotros no estamos de acuerdo con el modelo del PNV y lo combatimos. Creemos que Next Generation no puede ir con Iberdrola, ni con Petronor, ni con el TAV
Sestao obviamente no tenía estructuras militares al lado, y seguramente no eran bienvenidas en nuestro país. Esas realidades las hemos vivido y somos muy conscientes de que alguien decidió que no podíamos ser estratégicos y perdimos los astilleros. Yo no hablaré de maltrato, lo que me planteo cada vez que se me presenta la pregunta desde la izquierda del estado español: ¿en qué hago yo mal a un militante de la izquierda española a un obrero o a una obrera cuando consigo condiciones ventajosas para mis trabajadores y trabajadoras? ¿No les estoy dando un ejemplo? Porqué la gente dice que en Euskal Herria los salarios son más altos? ¿Porque tenemos unos empresarios más solidarios o porque tenemos un movimiento sindical que no tiene parangón en el estado español?
¿Porqué el PNV, un partido de derechas ha de ser, a veces, innovador en políticas en relación al estado español, por ejemplo, con el matrimonio gay? No es que haya dejado su alma cristiana, es porque tiene un tejido asociativo que le empuja. Si yo consigo eso, nunca voy a entender que se me haga una crítica de insolidaridad, lo que hago es mostrar una manera de empoderaros a vosotros.
Porque la izquierda nunca ha dejado de buscar ejemplos. Cuando no era Salvador Allende, era el Che Guevara, o Fidel Castro, o el foquismo guevarista o las luchas de liberación nacional. Lo que prima ahí es un sentimiento identitario de nación que les impide ver eso. Porque nunca entendí que la izquierda española renuncie a avanzar en derechos para sus sectores populares porque en Portugal están peor. Sería la misma lógica. Eso acaba en unos planteamientos, que yo conozco porque vengo de IU, de “la izquierda y el nacionalismo no pueden ir de la mano” y tú “eres nacionalista y yo no, mi patria son mis zapatos” ya pero tus zapatos pisan siempre la misma patria y los míos una que dices que no existe, luego yo debo andar en el aire. Hay que ser honestos, nosotros queremos la independencia de nuestro país, que estamos dispuestos para conseguir avances en las condiciones de vida de las clases populares, pero yo no voy a renunciar a mi identidad. Nunca le he oído a la izquierda española que renuncie a ser español, me da igual si es manchego, extremeño o andaluz. Yo empatizo mucho más con la gente que defiende la izquierda andaluza, pero también entiendo que los contextos y las correlaciones sociales son las que son. También entiendo que me gusta más Blas Infante, que muchos de los dirigentes de la izquierda andaluza. Pero yo vivo en Barakaldo y no tengo antecedentes andaluces, así que simplemente observo. Como también me gusta Allende y tampoco tengo nada que ver con Chile.
No hace mucho estuve en el cierre de un empresa que había dado abultados beneficios en el ejercicio anterior, con una planta catalana de alta productividad, la más alta de las plantas europeas, pero que aun así ante la incertidumbre, cerró para replegar la actividad hacia la matriz europea situada en Alemania. Siguiendo con la lógica de apretar en mejoras sociales, ¿qué te parece la medida de las 32 horas? ¿Crees que en Euskadi se podría tirar adelante?
Me parece muy interesante. En las dos únicas CCAA en las que antes de que llegara la crisis de 2008 se plantearon huelgas generales por las 35 horas fue en la CAV y Navarra. Fue por la mayoría sindical vasca, y fue por esa tradición sindicalista diferenciada. A diferencia de, por ejemplo, en Catalunya, aquí CCOO y UGT son sindicatos minoritatios en relación a ELA, LAB, SK o Steilas. Con más del 60% de afiliados sindicales y con una tasa de afiliación sindical mucho más elevada que en el resto del estado español. Nosotros ya hemos estado en esa pelea. Claro que hay que repartir el trabajo y la riqueza. Algo podríamos aprender de esta porquería de vida que nos toca vivir con la pandemia, de ver cómo buscar vidas plenas fuera del consumismo. Si las 32 horas entran, tienes más ocio para hacer todo aquello que querías hacer y no podías. Con la pandemia, de repente Decathlon ya no tenía pantalones de monte, a todo el mundo le dió por ir con dos bastones a comprar el pan, y decías: vamos a hacer una sociedad sana, vamos a tener aquí a Juanito Oiarzabal como a 30 por metro cuadrado o a Kílian Jornet. Seguramente tendrá más que ver con el consumismo que con dedicarle tiempo y disfrute al monte. Hay que entender que no vivimos para trabajar, que trabajamos para vivir. Habría que conectar con el derecho de a la pereza de Lafargue, o con lo que plantea Raventós con la Renta Básica, hay un espacio de reflexión para la izquierda, porque muchas veces nos contentamos con centrarnos en nuestros mantras y parecemos tibetanos, decimos un poco de a las barricadas, otro poco de sólo el pueblo salva al pueblo, y no entendemos que esos textos del XIX, de principios del XX, son inspiradores, pero no son un manual de instrucciones útil en un mundo que ha cambiado y el debate de la jornada va por ahí. Las huelgas que comentaba, dieron lugar a que en las administraciones públicas vascas, ya que allí no se hacen 40 horas, se haya firmado 37 horas y media y en determinados ámbitos se está en las 34 horas sin ganar menos, y con lo que ganan no se plantean que no pueden vivir. Nosotros estamos a favor de la reducción de jornada.
El otro día leí en Harvey que hablaba del cierre cognitivo, que era la incapacidad de la izquierda o de las fuerzas que proponen un modelo alternativo, de pensar fuera del marco mental neoliberal y por eso también la facilidad para aplicar muchas de las políticas, porque no había alternativa o, por lo menos, no había alternativa creíble.
Esto yo lo veo con el teletrabajo, no es que esté en contra del teletrabajo, pero no perdamos de vista que detrás de esta apuesta hay una apuesta por desarticular el movimiento obrero y romper las jornadas laborales. Los obreros no se mezclan y debaten lo que podrían hacer juntos, el empresario meterá las horas que él quiera, como el trabajador está en su casa le haré creer que casi no está currando, está pasando el rato, eso es lo que hay que combatir ahora. Claro, si te dicen sólo cuatro días presenciales y el otro con teletrabajo pero en el día de teletrabajo le metes más horas que en el resto, no hemos ganado nada. Además, tu ambiente de trabajo es tu casa, por lo tanto, las medidas de seguridad, de condiciones ya no le competen a la empresa, eso es peligroso.
Para acabar, ¿qué dirías sobre la reapertura del juicio a Otegi y los otros encausados por el caso Bateragune?
Pues no es si no la apuesta de los aparatos del Estado para seguir intentando blindar el Régimen del 78. Sí les podemos decir una cosa con absoluta claridad, la izquierda independentista y soberanista vasca que se toma esto no como una causa contra cinco personas sino como una causa contra el conjunto de la izquierda independentista y soberanista vasca, sabrá responder y lo hará mostrando todavía más firmeza en las líneas políticas que llevamos haciendo hasta ahora. EH Bildu será más importante todavía y estará más presente en la vida de los ciudadanos y ciudadanas de Euskal Herria para mejorar sus vidas, para poner la vida en el centro. Eso es probablemente lo que les molesta y lo que intentan obstaculizar con medidas judiciales como esta que son un verdadero escándalo y que sólo parece que tienen sentido en un lugar tan alérgico a la democracia como es el estado español. Sólo así se puede entender que en el estado español, pese que hayan ratificado convenios internacionales y hayan incorporado a su texto constitucional la necesidad de no imputar dos veces a la misma persona por la misma causa, se pueda repetir este juicio. Porque lo que habría que hablar en todo caso es como se indemniza a cinco personas que fueron acusadas en un juicio declarado por los tribunales europeos como un juicio no justo porque no fue imparcial. De eso se tendría que hablar y no de como se les vuelve a poner en el trámite de un juicio oral y una hipotética condena. Eso es una absoluta barbaridad, a la que estamos convencidos que el pueblo vasco como en otras ocasiones responderá con determinación, con firmeza y con un compromiso claro e inequívoco por construir una sociedad más justa, más libre y más igualitaria. Y todo ello en democracia.
2. Confederalismo y emancipación republicana. La estrategia de EH Bildu
Una de las victorias sociales más importantes conquistadas en esta crisis pandémica ha consistido en la Llei de lloguers aprobada en el Parlament de Catalunya. Recientemente, EH Bildu anunciaba el registro de una Ley de Alquileres en el Parlamento Vasco aprovechando la jurisprudencia asentada por el Derecho Civil Vasco. ¿Hay posibilidades de ganar esta ley? ¿Qué efectos tendría en Euzkadi?
Va a ser difícil que la Ley que hemos propuesto en el Parlamento salga tal cual. No veo al PNV aceptando totalmente el planteamiento que hacemos. Es verdad que el PNV ha defendido el derecho civil vasco pero eso no quiere decir que, en cuanto tradición de la foralidad, acepte nuestra interpretación de lo que permite el derecho civil vasco para para regular el precio de los alquileres. Hay un trámite parlamentario, creo que nuestra ley no va a salir adelante tal cual, y lo que no sé es si saldrá alguna ley o no saldrá ninguna.
Hay muchas medidas en vivienda que tomar porque no es normal que más del 50% de los salarios en grandes ciudades vaya destinado a pagar la hipoteca o el alquiler. Regular el precio del alquiler puede servirnos para contener la gentrificación en grandes ciudades, para que la gente pueda emanciparse, hace falta políticas para atacar todos los aspectos del problema de la vivienda. Hay muchas herramientas: depende de la ley del suelo, qué tipo de leyes de suelo hacemos, si vamos hacia ciudades expansivas o hacia ciudades más densamente pobladas, si somos más estrictos en las recalificaciones de terrenos.
A lo que estamos asistiendo ahora es que a empresas a las que se había dado dinero para que se instalaran, que se había tratado de manera ventajosa para que se mantuvieran, el último favor que se les hacía para que pudieran indemnizar a todos los trabajadores que mandaban a la calle era recalificarles el suelo para que pasara de ser industrial a urbano con lo cual un terreno que probablemente a la empresa le costó 10 millones cuando lo compró pasaba a venderlo por trescientos, con eso pagabas los cien millones de indemnizaciones y te llevabas doscientos para la caja y para la nueva planta de producción donde quiera que fuera.
Para mí, la vivienda es uno de los grandes temas porque la Constitución en su artículo 47 dice que todo el mundo tiene derecho a tener una vivienda digna y que el Estado debe hacer cuanto estime para proveer de la misma pero luego no hace nada y deja que los fondos buitre y de inversión especulen con ella.
Vamos a Irlanda que, sin lugar a dudas, es un claro referente para la izquierda abertzale. Sobre todo con el proceso de paz que culmina en unos Acuerdos de Viernes Santo que son tan importantes para el propio proceso de paz vasco y los acuerdo de Lizarra Garazi que has comentado. Más, cuando ha habido una clara relación con el Sinn Féin y personas como Gerry Adams haciendo incluso de mediadores en el proceso de paz vasco. ¿Que aprendizaje crees que se puede hacer de Irlanda?
Creo que hay lecciones que pueden servir de inspiración. La vinculación entre Irlanda y Euskadi tiene que ver con una evidencia; a finales del siglo XX, las dos únicas realidades en Europa que mantenían grupos armados que luchaban por la independencia de un territorio eran Irlanda y Euskal Herria. De Irlanda se pueden aprender muchas cosas. Los Acuerdos de Stormont sirvieron para mucho en Euskal Herria y fueron fundamentales, tanto los Acuerdos de Stormont como todas las conversaciones previas, para el trabajo que desarrollaron diversos movimientos en favor de la paz, desde Elkarri a Lokarri y otros que bebían mucho de toda la metodología que se había empleado en Irlanda.
De hecho, nosotros hicimos un acuerdo previo a EH Bildu que nos demostró que había mimbres suficientes para montar Bildu que era el acuerdo de Gernika. El acuerdo de Gernika era otro intento en continuidad con lo acordado en Lizarra Garazi y estaba muy basado en las dinámicas que se habían llevado en Irlanda; como habían abordado el tema de los presos, la lógica de pasar de una sociedad fuertemente militarizada a una sociedad que empezaba a reconstruirse en términos de reconciliación.
Tuve la suerte y la oportunidad de conocer personalmente a los líderes del gobierno norirlandés que salió de Stormont, que eran; el reverendo Ian Pasley, homologable a Vox, y por los propios acuerdos de paz estaba obligado a gobernar con el Sinn Féin y entonces el vicepresidente era Martin McGuinness. A Pasley le imputaban dirigir las fuerzas paramilitares de extrema derecha de la Ulster Volunteer Force y Martin McGuinnes había sido comandante del IRA. Para nosotros, esto fue pensar que; «si esta gente ha podido nosotros también tenemos que ser capaces», nos estimuló bastante.
También nos enseñó bastante en cómo haces que una organización que ha tenido decenas o cientos de activistas en la clandestinidad, y pasan a la vida civil, y los que después de pasar por la cárcel se reincorporan a la vida civil, tengan una cierta red social, o de acogida, para que no descarrile todo. Tiene mucho que ver con la pedagogía. Y la pedagogía de Martin McGuinnes o de Gerry Adams nos sirvió bastante.
Luego a nivel político, del Sinn Féin también aprendemos cosas. El Sinn Féin nos lleva una cierta ventaja, como también el SNP escocés, en lo que tiene que ver con generar agendas sin tener que estar reivindicando lo que ya eres, porque eso ya se da por hecho, e intentar llegar a más gente para que vean que no sólo eres lo que otros quieren transmitir sobre ti.
El Sinn Féin nos lleva una cierta ventaja, como también el SNP escocés, en lo que tiene que ver con generar agendas sin tener que estar reivindicando lo que ya eres
La última campaña del Sinn Féin nos parece paradigmática porque ha sido una campaña muy centrada en lo social, en los derechos de la gente y nada reivindicativa de lo que nadie duda que es el Sinn Féin, que es independentista y que quiere una república unificada de Irlanda, que el gaélico tenga un tratamiento de consideración diferente y mejor que el que tiene ahora. No necesita hacerlo, y por eso se puede centrar en lo otro, y el Sinn Féin ha crecido. Ahí se puede ver la impronta en Bildu y en la manera de acercarse a los problemas sin renunciar a lo que somos.
Recientemente, en el libro ¡Abajo el rey! Repúblicas, de Viento Sur y Sylone, David Fernàndez abogaba por un Pacto de San Sebastián del Siglo XXI que aunara al conjunto de fuerzas soberanistas y republicanas. Si en su momento el Galeuzca generó un eco en dicho pacto, ¿la Declaración de la Llotja de Mar puede evolucionar a un Ahora Repúblicas también para la España vaciada, el andalucismo soberanista y las izquierdas madrileñas?
Si sé que con sectores como Anticapitalistas, con Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, Kichi, pudiéramos estar de acuerdo en generar ese bloque histórico, o frente de progreso, pero claro no creo, me consta, de hecho, que Podemos no estaría nunca en un Frente de Progreso con Euskal Herria Bildu por el precio que entienden que tendrían que pagar en el resto del Estado. Por lo menos a un acuerdo en este tiempo político. Parece que estar con Bildu a mucha gente le cuesta explicar. Y claro, si Podemos no está, en el fondo no estamos hablando de una alianza histórica entre la izquierda del Estado español y las izquierdas independentistas que actúan en el Estado español buscando un objetivo, estamos hablando de las izquierdas independentistas con sus aliados históricos de la izquierda del Estado español que es capaz de trascender al propio marco nacional en el que se mueven para posibilitar la generación de otros. Es decir, esas izquierdas en el año 86 ya montaban los mítines de Herri Batasuna en Madrid, ya pedían el voto para las candidaturas de Herri Batasuna para las europeas. Es un planteamiento que no recoge a toda la izquierda española porque la izquierda española no quiere ahora mismo entrar en un planteamiento de ese tipo por el coste político que les podría suponer.
Pero bueno, también es verdad, que los trotskistas son capaces de visualizar escenarios que todavía nadie vemos, pero los quieren hoy cuando todavía no existen.
Xavier Domènech dibujaba en su último libro, Un haz de naciones. El Estado y la plurinacionalidad en España (1830-2017) (Península, 2020), tres posibles opciones de cambio del régimen mediante; leyes orgánicas, reforma constitucional o bien procesos constituyentes. Caminos que oscilan entre un reformismo fuerte que dé lugar a un nuevo pacto político o bien rupturas constituyentes (aunque no cabe desdeñar un tercer impulso bajo la sombra de un envite autoritario del Estado). ¿Qué estrategia persigue Bildu para transformar al Estado?
Creo que la vía de los procesos constituyentes es la única posible, no creo que ni la primera ni la segunda opción se vayan a dar. Si sé que, durante esta legislatura, y probablemente durante la siguiente, nos van a vender la moto de que la segunda opción es posible, la reforma constitucional, pero no creo que el Estado español y sus centros de poder que, no son estrictamente el gobierno sino sus élites económicas y empresariales, estén dispuestas a recorrer el segundo camino.
Creo que la vía de los procesos constituyentes es la única posible
Mucha gente de Podemos me dice que, como la futura revolución científico-tecnológica va a cambiar al empresariado pues, probablemente nos encontremos con empresarios más progres que estén dispuestos a que la unidad de mercado en lo universal en la que ha devenido el Estado español pueda ser revisada.
No creo que vayan a salir en el Estado español catorce Bill Gates que vayan a dejar de lado a Florentinos, Amancios y demás, sino que seguramente estos Florentinos y Amancios conseguirán meter la cabeza en los sectores de nuevo negocio como ya lo hicieron del hormigón a las residencias de mayores, por ejemplo. La única opción, pues, es la de los procesos constituyentes, trabajando en cada realidad.
Sin lugar a dudas, una de las características que diferencia a Bildu del PNV es el republicanismo. ¿Hay una tradición republicana vasca o ésta está por construir?
Que existe una tradición republicana vasca es innegable. Uno de los lugares donde primero se proclamó la república fue en una plaza abarrotada de la Segunda República en Eibar. Antes de la Segunda República, la pulsión republicana ya era muy potente y probablemente tenga que ver conque en Euskal Herria hubo como referencia el carlismo durante el siglo XVIII y XIX. Probablemente como quienes derrotaron a los carlistas, sobre todo en la segunda guerra carlista, fueron los liberales, pero estos acompañaron el retorno de los Borbones y de la monarquía contraria a la monarquía que defendía el carlismo, pues probablemente eso pudo mutar también en algunos lugares. Familias de origen carlista reconocido pasan en un momento dado al republicanismo e incluso ahora a la izquierda, puede haber algo de esa contestación. También es verdad que había carlistas requetés que colaboraron con Franco en la guerra civil.
Que existe una tradición republicana vasca es innegable. Uno de los lugares donde primero se proclamó la república fue en una plaza abarrotada de la Segunda República en Eibar
Pero sí que hay un poso republicano muy grande. No conozco monárquicos en Euskal Herria, no digo que no los haya, pero es que no los conozco.
3. Entre Harnecker y el subcomandante Marcos: la Ezkerraldea cultural de Bilbo
Un referente político. Una referente política
Tengo muchos y muy variados, soy un poco promiscuo. Por intentar responder con uno que a mí me marcó mucho en mí militancia política, el subcomandante Marcos, por ejemplo. De alguna manera mi lógica de insumiso y los mensajes de estilo zapatista, con esa especie de desarme armado, me sedujo un montón, por el personaje y la literatura.
Angela Davis la he descubierto bastante más tarde al prestar más atención al movimiento feminista, ya hace bastantes años, e ir descubriendo que, evidentemente, no sólo es una teórica del feminismo sino que es una revolucionaria.
Un referente intelectual. Una referente intelectual
Por decir alguien más contemporáneo, Marx sería lo fácil, pues me gusta mucho como explica la izquierda Daniel Bensaïd. Toda la lectura que hace de Walter Benjamin. Me gusta mucho como explica no porque esté de acuerdo con él en todo sino porque consigo entenderle en casi todo que eso es algo bastante difícil con que según filósofos y teóricos de izquierda.
También me gusta mucho Slavoj Zizek pero me parece el caiga quien caiga del marxismo, es su enfant terrible, me descoloca, me descubre mis debilidades.
Me gusta bastante todo lo que he podido leer de Susan George. También Catherine Samary o en mí generación nos gustaba mucho Martha Harnecker.
Un grupo de música vasco
Os voy a decir dos, uno que canta en euskera y otro que canta en castellano, que en la actualidad son los que más me marcan, no los que me han marcado más, porque ha habido otros grupos que se han disuelto y ya no están. Yo vengo de Ezkerraaldea, la margen izquierda, y creo que recoge bastante bien esa manera de estar en Bildu desde la margen izquierda que no tiene nada que ver con vivir en un baserri en Ordizia o en otros lugares de la Euskal Herria profunda que se dice.
Uno es Marea que son navarros y cantan en castellano y los otros son Berri Txarrak que también son navarros y cantan en euskera.
¿Y como afición deportiva?
A mí me gusta mucho el monte. Desde crío me ha gustado mucho y es lo que más hago. De crío en los grupos de tiempo libre, de joven con mis amigos y ahora que tengo críos me gusta ir con ellos al monte.
En cuanto al deporte convencional, lo que más hago porque me ayuda a pensar y a sentirme muy bien aunque tenga un día de perros es correr. Es lo que tengo más a mano y además es lo más barato.
¿Eres del Athletic?
Sí, sí, eso es innegociable. Como yo era hijo de un navarro en una realidad de vecinos dónde todos eran hijos de migrantes extremeños o gallegos, pues el único de herencia vasca, por decirlo de alguna manera, era yo. El único en una comunidad de un bloque de cincuenta y nueve. Por esto estaba muy preocupado yo desde crío de unir, fusionar la cultura que mi padre me transmitía con la mía, la vizcaína por vivir ahí, o con la de mi ama que es alavesa. Soy del Athletic pero tengo un corazón rojillo también.
Pese al sesgo que tienen, ¿que te parecen Patria y la Línea invisible?
No las he visto. De Patria no leí el libro porque me hartaba de ver en el avión en el que viajaba al Congreso a gente encorbatada leyendo Patria. Aunque creo que hay que leer de todo, en ese momento tenía libros muchos más interesantes para leer que Patria. Por lo que sé del libro pues sé que lo ha hecho un señor que se llama Fernando Aramburu que lleva desde el año 86 en Berlín intentando recrear escenarios, lugares y situaciones, de una Euskal Herria que va más allá del noventa. Y con la Línea invisible me pasa lo mismo.
Y no lo digo con desprecio, pero no siento que tenga la necesidad, ahora, de leer todo eso para convertirme en una persona con una mirada más abierta a lo que ha pasado en mí país. Yo soy muy consciente de lo que ha pasado en mí país y he sido parte activa de muchas de las situaciones que se puedan describir y he tomado partido para que la violencia de ETA deje de existir, he denunciado las torturas… He visto gente torturada delante mío y gente que había perdido familiares por atentados de ETA a los que no les encontrabas ningún sentido.